El principito es uno de esos libros a los que se vuelve con nuevas hambres, cada cierto tiempo, para renovar promesas hechas al joven comprometido y vibrante que fuimos, cuando la absorbente maquinaria del mundo, la dinámica de trabajo, dinero, influencias, posesiones nos ha vuelto tan áridos que no alcanzamos a saber si volveremos a estar vivos en otro momento.

Habla del desierto, de la soledad, del fracaso amoroso, de la visión crítica sobre el planeta Tierra, visto desde el punto óptimo: la altura. El principito es un libro de vida por la vida, concebida ésta desde tres perspectivas: el principito, el aviador y los «seis planetas más uno».

Es cuento, parábola meditativa, fábula, alegoría, folklore, mito, historia y realidad. La realidad dolorosa de la búsqueda de cada hombre, la incapacidad de atinar con el lenguaje, la necesidad de recurrir a lo insólito.

En el principito la lógica tiene menos fuerza que la intuición, a la realidad se llega por la sorpresa, el mito, el disparate… ese lenguaje tan expresivo del amor el «adulto» abre las puertas al «niño». El principito es una flor del dolor.

Enrique Bennets